De cara al Sol

1907. Han pasado nueve años desde que el primer designado fue llamado a ocupar provisionalmente la presidencia, tras el magnicidio del 8 de febrero de 1898. La tiranía se ha instalado con firmeza en Guatemala, encarnada en la figura del Benemérito de la Patria. La delación, la persecución, la muerte y el exilio son moneda corriente. La libertad de decir y escribir lo que se piensa, de disentir y hasta de caminar y actuar sin sentirse vigilado ya no existe. Cinco hombres jóvenes, pertenecientes a lo más granado de la sociedad guatemalteca, deciden poner fin a esa situación de la única forma que consideran posible: cortando el mal de raíz. A ellos se suman otros. Sin dejarse amedrentar por las seguras consecuencias de un posible fracaso, piensan, planean, preparan y ejecutan. Al referirse a este episodio, el escritor guatemalteco Federico Hernández de León comentó que los hechos se desarrollaban «como una cinta cinematográfica». Esta no será la película, pero es la novela que trata sobre aquellos aciagos acontecimientos.